lunes, mayo 18, 2009

Estados Unidos y la tortura

Cuando vivía en Argentina, en muchísimas oportunidades escuché hablar o leí textos sobre la participación directa del ejército estadounidense en la preparación de personal militar de países en vías de desarrollo (Tercer Mundo) para torturar enemigos políticos o terroristas y así obtener información que permitiera combatirlos.
Sabemos muy bien que la tortura sistemática como método para lograr quebrar a un detenido y sacarle (aún) la información que no tiene, es aplicada en Argentina desde el siglo XIX.
El hecho importante de los últimos años es que en Estados Unidos, país ejemplo de democracia, de respeto de los derechos individuales y de las leyes, se ha comenzado a utilizar la tortura en ciertas cárceles y con ciertos detenidos especiales.
La reacción de la mayoría de la población norteamericana fue de rechazo tímido al principio, mezclado con algo de incredulidad para llegar a ser una reprobación casi unánime que se concretizó con el apoyo a Barack Obama en las últimas elecciones.
Durante la campaña electoral, el actual presidente había prometido que cerraría Guantánamo, que los detenidos por terrorismo serían juzgados por tribunales federales o a lo sumo por tribunales militares pero con todas las garantías legales y que pondría fin a la práctica de la tortura. Además prometió dar a conocer las situaciones en las que se utilizó la tortura para obtener información.
Muchísima gente sintió que la primavera democrática de Obama llenaría de flores los campos helados del invierno de Bush…
Cuando mucha gente celebraba su triunfo y hablaba maravillas del nuevo presidente, con mucha tristeza y resignación preferí adoptar una postura de “desensillar hasta que aclare” sin dejarme llevar por la euforia colectiva.
Esta semana, Obama tomó ciertas decisiones que me permiten comprender lo acertado de mi postura.
Los tribunales militares excepcionales de la era Bush (como los tribunales militares de la dictadura Argentina) no serán abolidos y continuaran los juicios ilegales a los supuestos terroristas.
La cárcel de Guantánamo continuará con su misión de encerrar a todos aquellos que no puedan ser juzgados por una corte federal y estar encerrados en una cárcel del continente, lo mismo que se hacia en la era Bush.
Las fotos y documentos que muestran a la población estadounidense que se torturó en las cárceles de su país, no serán presentadas al público por orden del presidente que había prometido hacerlo. Y los argumentos para justificarse son los mismos que utilizaba Bush.
En estos días se pueden ver dos tipos de reacciones raras e inesperadas, algo que la gente que apoyó a Obama no podía imaginar:
Por un lado, ciertos organismos de defensa de las libertades civiles que apoyaron firmemente este gobierno, comienzan una campaña de publicidad para denunciar la doctrina “Bush-Obama”, haciendo claramente alusión a la continuidad de las políticas de lucha contra el terrorismo aplicando algo que los argentinos conocemos muy bien, el terrorismo de estado.
Por el otro, el senador republicano y contrincante de Obama en las últimas elecciones, John McCain dijo que “…considerando que Estados Unidos esta todavía en guerra, que cerrar Guantánamo podría significar liberar enemigos de ese país y que publicar los documentos y las fotos de las torturas podría ser utilizado por los enemigos del estado para desprestigiar al ejercito y su lucha…”, aplaude las decisiones de Obama.
Los amigos que lo votaron se alejan y los enemigos lo aplauden… ¿será que Obama está cambiando o que no lo supimos evaluar correctamente?

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