El personalismo en la política Argentina
Una de las muchas características de la vida política canadiense que me impactaron cuando comencé a conocer un poco esta sociedad, fue la ausencia casi total de personalismo.
Aun los personajes más conocidos en el mundo como Pierre Elliot Trudeau, no conformaron nunca un “Trudeauismo”. El mensaje y el contenido político están siempre identificados con un partido o una organización.
Quebec tuvo su Perón en René Levesque pero el “Levesquismo” es algo que no se puede ni siquiera imaginar. Suena casi como una herejía solo el mencionar tal posibilidad.
Incluso la historia de este país es muy pobre en próceres, no porque no los tengan sino porque la noción de prócer es muy diferente de la que tenemos en nuestros países sudamericanos.
Lo que cuenta es ante todo la idea, el proyecto, la ideología, los intereses, los hechos, la visión y en esa lógica, las personas se transforman en herramientas que sirven o no y son juzgados aptos a ser reconocidos en la medida en que respeten la línea de conducta con la cual se comprometieron.
Así, si soy partidario de los liberales y mi diputado decidió cambiar sus compromisos y tiene actitudes conservadoras, lo concreto será que los liberales no lo votaremos en las próximas elecciones porque no lo votamos a él votamos una línea de partido. Incluso el mismo partido lo excluirá.
La gente tiene muy poco compromiso con los candidatos, es muy fácil cambiar de nombre cuando lo que se vota es un proyecto.
Creo sinceramente que esta manera de estructurar la actividad política es mucho más coherente que la que se manifiesta en Argentina fundamentalmente porque se garantiza una cierta continuidad en las políticas de un gobierno al otro.
Allí, y perdón si exagero, el mensaje importa poco, lo esencial es el mensajero.
Un político que ganó popularidad porque es lindo, sonriente, simpático puede decir las gansadas más increíbles que se le ocurran y la gente estará de acuerdo porque es él quien lo dice.
También suele ocurrir que este personaje no dice absolutamente nada sobre lo que puede o quiere hacer y el pueblo lo vota esperanzado en la imagen.
Inversamente, un político que no goza de esa popularidad puede hacer la propuesta más lúcida posible para el país pero los votos no los tendrá.
En estas tres semanas que pasé en Argentina, identifiqué más de diez situaciones por día donde los apoyos o las críticas se originaban en la persona que lo decía y no en el contenido del mensaje.
Si la situación es diferente en Canadá, no es porque los canadienses sean más inteligentes, es simplemente una cultura, una tradición, una manera de hacer y en ese sentido, los argentinos, tenemos un largo camino que recorrer.
Permítanme una imagen que no sé si es la mejor, la tiro solo para reflexionar juntos.
Siempre nos presentaron a los militares argentinos como próceres que permitieron el nacimiento de nuestra nación.
Nuestra historia esta llena de generales, coroneles, almirantes y otras tiras, nuestro país esta lleno de lugares públicos que llevan esos nombres.
Nuestra historia les dio a esos personajes un lugar decisivo y preponderante, no es raro entonces que quieran seguir ocupando ese lugar.
Recuerdo que una de mis frases favoritas para presentar Quebec a los turistas argentinos era “Todo lo que en Argentina se llama, General… Coronel… Capitán… Comodoro… etc. aquí se llama San… o Santa…“
Si analizáramos lo realizado por cada uno de esos militares-próceres con una visión actual del mundo y sin personalismo o corporativismo, tal vez tendríamos vergüenza de considerarlos como personajes, tal vez pediríamos a gritos que los saquen de los libros de historia y que hagan desaparecer sus nombres de todo el territorio nacional.
Toda nuestra historia contada esta basada en el personalismo, la estructura mental de nuestra gente esta basada en esa forma de analizar el mensaje, no comprenderlo creo que nos limita en la comunicación de masas.
Debemos reflexionar con profundidad sobre las soluciones a aportar, debemos trabajar en la educación de un ser nacional con espíritu critico, pero como profesor-educador que soy, sé que lo primero que debo hacer para pasar mi mensaje es enganchar al auditorio con algo que le guste.
Muchas veces comienzo mis presentaciones mencionando una frase o una idea impactante y les digo que las dijo un gran personaje de la historia de la humanidad. Después les aclaro que no es verdad, que la inventé yo pero que si les decía la verdad no le prestarían atención.
Sin dejar de trabajar la renovación de ideas, sin parar la búsqueda del “hombre nuevo”, sin abandonar el desarrollo del espíritu crítico, forjemos mecanismos para llegar a la mayoría de la población, aun a aquellos que quieren las respuestas fáciles, sus votos también cuentan.
Toda nuestra historia contada esta basada en el personalismo, será un trabajo de un siglo modificarla pero “seamos realistas exijamos lo imposible”
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miércoles, julio 22, 2009
martes, julio 21, 2009
POSTALES DE ARGENTINA (2)
Los últimos días de la campaña electoral, del 19 al 27 de junio de 2009.
Siempre trato de informarme sobre la situación política, social, económica y hasta meteorológica de un país cuando me preparo para visitarlo, con mucha más dedicación cuando de visitar mi país se trata.
En las semanas previas al viaje leí cuanto diario nacional, provincial o regional encontré sobre Internet.
Las disputas entre los candidatos a las elecciones legislativas del 28 de junio fueron un marco propicio para enterarme de todos los detalles de cada aspecto de la vida argentina. Los puntos de vista diametralmente opuestos o no de las diferentes fuerzas políticas o sectores económicos me permitieron hacer un buen promedio de lo que está pasando en el país.
Incluso el tema que ocupó la primera plana de todos los medios, la gripe A (H1N1), me mostró cómo se discuten los problemas en Argentina (ya hablaré de esto en otra postal).
Si hago una primera comparación entre las campañas electorales en Argentina con las de Canadá, concluyo rápidamente diciendo que las del país del norte son súper aburridas y he aquí algunas de las razones.
1. Nadie insulta a un candidato como lo hacen algunos personajes públicos en Argentina, porque además de tener que disculparse públicamente, perderá sus elecciones y será expulsado de su partido
2. Nadie saca trapitos al sol sobre la vida privada de los contrincantes porque en la cultura canadiense no se deben mezclar los dos niveles y el que lo hace será penalizado por el electorado que considerará esa acción como inapropiada y no lo votarán.
3. No se hacen programas de televisión para ridiculizar a los candidatos, al menos antes de las elecciones y menos aun durante la campaña electoral, todo lo que tienda a denigrar los mecanismos y actores de la democracia es considerado fuera de lugar, de mal gusto y un acto de sabotaje a las instituciones.
4. Los medios de comunicación se cuidan muchísimo de manifestar su partidismo porque aunque lo tengan no quieren ser identificados como medios carentes de objetividad, lo cual podría transformarse en un problema económico si ciertos sectores deciden dejar de leerlos o verlos y la publicidad disminuye.
5. Hay un control estricto de los gastos de publicidad de los partidos por parte de las autoridades electorales y si bien no se hace durante la campaña, el recuento se da a posteriori con consecuencias graves para los infractores que pueden llegar hasta la perdida del puesto de diputado obtenido.
6. Se respeta la veda electoral a raja tabla porque si un partido o candidato la viola su elección podría ser contestada con éxito delante de los tribunales.
7. Jamás se escuchará en los discursos un término discriminatorio de cualquier tipo que sea, ni siquiera una insinuación en ese sentido. Recuerdo una elección perdida por un partido que, según las encuestas previas, debía ganar por mucho, después de un discurso de un candidato donde llamó a “las pobres amas de casa que pasaban el día limpiando”, a informarse un poco de la política nacional. El resultado fue que esas pobres mujeres se sintieron insultadas y discriminadas y fueron a votar pero contra el partido del candidato que las discriminó.
Es evidente que podríamos decir que en ese contexto las elecciones en Canadá son más prolijas, con un gran nivel de respeto, con pocas alusiones a las virtudes y defectos de los candidatos, con proyectos (¿promesas?) de gobierno explicitados y en un marco legal bien definido y respetado… ¡pero son tan aburridas !!!
Si a eso le agregamos que aquí, en Canadá, el voto es voluntario, comprenderán porqué el nivel de participación es mucho más bajo que en Argentina.
A pesar de todo esto, incluso a pesar de ciertos resultados que no fueron como lo deseaba, qué momento tan rico se está viviendo en nuestra Argentina, qué lástima que la mayoría de los comentarios que se escuchan sean con contenido negativo.
Hay que seguir jugando el juego de la democracia, hay que organizarse para ganar, hay que saber perder y hay que mejorar para seguir ganando…
Siempre trato de informarme sobre la situación política, social, económica y hasta meteorológica de un país cuando me preparo para visitarlo, con mucha más dedicación cuando de visitar mi país se trata.
En las semanas previas al viaje leí cuanto diario nacional, provincial o regional encontré sobre Internet.
Las disputas entre los candidatos a las elecciones legislativas del 28 de junio fueron un marco propicio para enterarme de todos los detalles de cada aspecto de la vida argentina. Los puntos de vista diametralmente opuestos o no de las diferentes fuerzas políticas o sectores económicos me permitieron hacer un buen promedio de lo que está pasando en el país.
Incluso el tema que ocupó la primera plana de todos los medios, la gripe A (H1N1), me mostró cómo se discuten los problemas en Argentina (ya hablaré de esto en otra postal).
Si hago una primera comparación entre las campañas electorales en Argentina con las de Canadá, concluyo rápidamente diciendo que las del país del norte son súper aburridas y he aquí algunas de las razones.
1. Nadie insulta a un candidato como lo hacen algunos personajes públicos en Argentina, porque además de tener que disculparse públicamente, perderá sus elecciones y será expulsado de su partido
2. Nadie saca trapitos al sol sobre la vida privada de los contrincantes porque en la cultura canadiense no se deben mezclar los dos niveles y el que lo hace será penalizado por el electorado que considerará esa acción como inapropiada y no lo votarán.
3. No se hacen programas de televisión para ridiculizar a los candidatos, al menos antes de las elecciones y menos aun durante la campaña electoral, todo lo que tienda a denigrar los mecanismos y actores de la democracia es considerado fuera de lugar, de mal gusto y un acto de sabotaje a las instituciones.
4. Los medios de comunicación se cuidan muchísimo de manifestar su partidismo porque aunque lo tengan no quieren ser identificados como medios carentes de objetividad, lo cual podría transformarse en un problema económico si ciertos sectores deciden dejar de leerlos o verlos y la publicidad disminuye.
5. Hay un control estricto de los gastos de publicidad de los partidos por parte de las autoridades electorales y si bien no se hace durante la campaña, el recuento se da a posteriori con consecuencias graves para los infractores que pueden llegar hasta la perdida del puesto de diputado obtenido.
6. Se respeta la veda electoral a raja tabla porque si un partido o candidato la viola su elección podría ser contestada con éxito delante de los tribunales.
7. Jamás se escuchará en los discursos un término discriminatorio de cualquier tipo que sea, ni siquiera una insinuación en ese sentido. Recuerdo una elección perdida por un partido que, según las encuestas previas, debía ganar por mucho, después de un discurso de un candidato donde llamó a “las pobres amas de casa que pasaban el día limpiando”, a informarse un poco de la política nacional. El resultado fue que esas pobres mujeres se sintieron insultadas y discriminadas y fueron a votar pero contra el partido del candidato que las discriminó.
Es evidente que podríamos decir que en ese contexto las elecciones en Canadá son más prolijas, con un gran nivel de respeto, con pocas alusiones a las virtudes y defectos de los candidatos, con proyectos (¿promesas?) de gobierno explicitados y en un marco legal bien definido y respetado… ¡pero son tan aburridas !!!
Si a eso le agregamos que aquí, en Canadá, el voto es voluntario, comprenderán porqué el nivel de participación es mucho más bajo que en Argentina.
A pesar de todo esto, incluso a pesar de ciertos resultados que no fueron como lo deseaba, qué momento tan rico se está viviendo en nuestra Argentina, qué lástima que la mayoría de los comentarios que se escuchan sean con contenido negativo.
Hay que seguir jugando el juego de la democracia, hay que organizarse para ganar, hay que saber perder y hay que mejorar para seguir ganando…
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domingo, mayo 10, 2009
Las pobres focas canadienses
Ya sé que en Argentina todos (o casi todos) están locos con las elecciones que “vienen llegando demasiado rápido” para algunos o “todavía falta una eternidad” para otros. Desde el polo norte decidí distraerlos con temas que no los angustiarán tanto y hasta tal vez logren distraerlos, sin que sean cuestiones banales.
La semana pasada recibí un correo electrónico de una amiga argentina en el que me hacía parte de una preocupación y hasta de una cierta angustia.
Resulta que había visto un reportaje con imágenes desgarradoras que muestran la violencia y la crueldad de la caza de focas en Canadá.
Por supuesto que ya le mandé una primera respuesta a su inquietud pero le prometí hablar del tema ya que esas imágenes están en todos los países del mundo porque los defensores de los derechos de los animales las distribuyen ampliamente.
Seguramente que ya han visto a Brigitte Bardot haciendo campaña contra la violencia hacia los animales y en particular contra las blancas e inmaculadas foquitas.
Deben saber que yo también estoy en contra de la violencia gratuita hacia los animales pero también deben saber que me encanta el asado y el pollo y el cordero y el chancho y que para poder comerlos hay que criarlos para después matarlos.
Si les aclaro esto, es para que vean a las focas como un animal que sin ser criado por el hombre ni domesticado, es fuente de carne, grasa, piel y algo más como cualquiera de los animales antes mencionados.
Aquí en el norte de Canadá, sobre el océano Atlántico y del lado del Pacífico, hay más de 6 millones de focas que viven en libertad y resultan una riqueza natural que puede ser explotada, como lo son los peces por ejemplo.
Además, las poblaciones próximas al polo norte utilizan las focas como alimento y también sus pieles desde hace más de tres mil años. Sin contar que los primeros europeos en llegar a esos hielos también practicaron la caza como actividad económica.
A partir de esta realidad, el gobierno canadiense ha fijado una serie de reglamentos que rigen la práctica de esta actividad.
La caza se hace entre los meses de noviembre y mayo pero una parte importante se desarrolla a fines de marzo y principios de abril. Por eso cada año para esta época, las televisiones del mundo entero se llenan de imágenes horribles de cazadores sin corazón masacrando a palos a unas pobres focas indefensas.
Hay un poco de ironía en mis palabras y van a entender porqué.
La cantidad de animales que pueden ser tomados está reglamentada para no afectar el desarrollo de la especie.
Los animales dependientes de la madre no pueden ser atacados, solo los individuos autónomos pueden ser cazados o sea que tienen más de un mes y ya fueron rechazados por sus madres.
Desde 1987, la caza de los bebés focas está prohibida y muy controlada pero todavía andan imágenes dando vueltas.
La actividad económica relacionada con las focas es muy importante, el año pasado solo en la provincia de Terranova se recaudaron 30 millones de dólares por la venta de esos animales en particular en Rusia y Asia. Una piel se vende en el puerto a 100 dólares.
Los métodos de caza fueron estudiados y aprobados por el colegio de veterinarios de Canadá y son tres: fusil con bala suficientemente grande para asegurar la muerte, una maza suficientemente pesada para matar de un solo golpe o el arma de los pueblos autóctonos llamada hatapik.
El hatapik, es una especie de medio pico, de un lado tiene un anillo de hierro para matar de un golpe en el cráneo y del otro una punta para enganchar el animal y sacarlo del agua o arrastrarlo sobre el hielo. Cualquiera de esos métodos asegura que el animal muere casi instantáneamente.
Según un estudio independiente realizado por veterinarios de Canadá, 98% de los animales muertos lo fueron respetando el reglamento, es decir sin sufrimiento.
El movimiento que se observa en los animales y que hace pensar que el animal está vivo son solo convulsiones debidas al reflejo de nadar, algo así como los movimientos de un pollo o de un chancho después de haberlos matado.
La mayoría de los cazadores de focas son pescadores que en esa época del año no pueden trabajar porque la pesca esta prohibida para ciertas especies y para otras las condiciones de hielos y frío impide su realización. Esta actividad les permite completar el salario anual.
Si nos ponemos a pensar, una foca muere rápidamente, mucho más rápidamente que un pez sacado del agua con la red. El pescado sufre horrores antes de morir, imagínense que no solo no puede respirar sino que además sus branquias, que deben estar siempre húmedas, se secan y reciben 20% de oxígeno con el aire lo cual provoca quemaduras terribles. Sin embargo nadie hace manifestaciones ni películas para mostrar un pescado muriendo.

Además, si los mataderos estuvieran abiertos al público, como ocurre con los cazadores de focas, nadie o casi nadie comería carne de vaca, pollo, chancho o cualquier otro animal.
Estos animales pasan por una primera etapa donde se los desmaya de un golpe o de una descarga eléctrica y luego, suspendidos boca abajo se los desangra, salvo que nadie los ve y además la sangre se va por un sistema de desagüe en lugar de manchar la blanca nieve. Podría decirles también que los anti caza de las focas defienden sus propios intereses económicos y los jugosos contratos que logran con los medios de comunicación para vender sus imágenes, mucho más que los animales.
Es evidente que las imágenes de los animales desangrados sobre la nieve blanca son espectacularmente impactantes pero son mucho menos terribles de lo que podríamos ver en un matadero y el sufrimiento es mucho menor que el de un pescado sacado del agua vivo o el de los animales criados en corrales.
Si esas imágenes nos molestan es tal vez porque nos permiten ver que somos brutales con los animales porque los necesitamos como alimento y para vestirnos.
La semana pasada recibí un correo electrónico de una amiga argentina en el que me hacía parte de una preocupación y hasta de una cierta angustia.
Resulta que había visto un reportaje con imágenes desgarradoras que muestran la violencia y la crueldad de la caza de focas en Canadá.
Por supuesto que ya le mandé una primera respuesta a su inquietud pero le prometí hablar del tema ya que esas imágenes están en todos los países del mundo porque los defensores de los derechos de los animales las distribuyen ampliamente.
Seguramente que ya han visto a Brigitte Bardot haciendo campaña contra la violencia hacia los animales y en particular contra las blancas e inmaculadas foquitas.
Deben saber que yo también estoy en contra de la violencia gratuita hacia los animales pero también deben saber que me encanta el asado y el pollo y el cordero y el chancho y que para poder comerlos hay que criarlos para después matarlos.
Si les aclaro esto, es para que vean a las focas como un animal que sin ser criado por el hombre ni domesticado, es fuente de carne, grasa, piel y algo más como cualquiera de los animales antes mencionados.
Aquí en el norte de Canadá, sobre el océano Atlántico y del lado del Pacífico, hay más de 6 millones de focas que viven en libertad y resultan una riqueza natural que puede ser explotada, como lo son los peces por ejemplo.
Además, las poblaciones próximas al polo norte utilizan las focas como alimento y también sus pieles desde hace más de tres mil años. Sin contar que los primeros europeos en llegar a esos hielos también practicaron la caza como actividad económica.
A partir de esta realidad, el gobierno canadiense ha fijado una serie de reglamentos que rigen la práctica de esta actividad.
La caza se hace entre los meses de noviembre y mayo pero una parte importante se desarrolla a fines de marzo y principios de abril. Por eso cada año para esta época, las televisiones del mundo entero se llenan de imágenes horribles de cazadores sin corazón masacrando a palos a unas pobres focas indefensas.
Hay un poco de ironía en mis palabras y van a entender porqué.
La cantidad de animales que pueden ser tomados está reglamentada para no afectar el desarrollo de la especie.
Los animales dependientes de la madre no pueden ser atacados, solo los individuos autónomos pueden ser cazados o sea que tienen más de un mes y ya fueron rechazados por sus madres.
Desde 1987, la caza de los bebés focas está prohibida y muy controlada pero todavía andan imágenes dando vueltas.
La actividad económica relacionada con las focas es muy importante, el año pasado solo en la provincia de Terranova se recaudaron 30 millones de dólares por la venta de esos animales en particular en Rusia y Asia. Una piel se vende en el puerto a 100 dólares.
Los métodos de caza fueron estudiados y aprobados por el colegio de veterinarios de Canadá y son tres: fusil con bala suficientemente grande para asegurar la muerte, una maza suficientemente pesada para matar de un solo golpe o el arma de los pueblos autóctonos llamada hatapik.
El hatapik, es una especie de medio pico, de un lado tiene un anillo de hierro para matar de un golpe en el cráneo y del otro una punta para enganchar el animal y sacarlo del agua o arrastrarlo sobre el hielo. Cualquiera de esos métodos asegura que el animal muere casi instantáneamente.
Según un estudio independiente realizado por veterinarios de Canadá, 98% de los animales muertos lo fueron respetando el reglamento, es decir sin sufrimiento.
El movimiento que se observa en los animales y que hace pensar que el animal está vivo son solo convulsiones debidas al reflejo de nadar, algo así como los movimientos de un pollo o de un chancho después de haberlos matado.
La mayoría de los cazadores de focas son pescadores que en esa época del año no pueden trabajar porque la pesca esta prohibida para ciertas especies y para otras las condiciones de hielos y frío impide su realización. Esta actividad les permite completar el salario anual.
Si nos ponemos a pensar, una foca muere rápidamente, mucho más rápidamente que un pez sacado del agua con la red. El pescado sufre horrores antes de morir, imagínense que no solo no puede respirar sino que además sus branquias, que deben estar siempre húmedas, se secan y reciben 20% de oxígeno con el aire lo cual provoca quemaduras terribles. Sin embargo nadie hace manifestaciones ni películas para mostrar un pescado muriendo.

Además, si los mataderos estuvieran abiertos al público, como ocurre con los cazadores de focas, nadie o casi nadie comería carne de vaca, pollo, chancho o cualquier otro animal.
Estos animales pasan por una primera etapa donde se los desmaya de un golpe o de una descarga eléctrica y luego, suspendidos boca abajo se los desangra, salvo que nadie los ve y además la sangre se va por un sistema de desagüe en lugar de manchar la blanca nieve. Podría decirles también que los anti caza de las focas defienden sus propios intereses económicos y los jugosos contratos que logran con los medios de comunicación para vender sus imágenes, mucho más que los animales.
Es evidente que las imágenes de los animales desangrados sobre la nieve blanca son espectacularmente impactantes pero son mucho menos terribles de lo que podríamos ver en un matadero y el sufrimiento es mucho menor que el de un pescado sacado del agua vivo o el de los animales criados en corrales.
Si esas imágenes nos molestan es tal vez porque nos permiten ver que somos brutales con los animales porque los necesitamos como alimento y para vestirnos.
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